La enfermedad de Parkinson (EP), también denominada Parkinsonismo idiopático o parálisis agitante, es un trastorno neurodegenerativo crónico que conduce con el tiempo a una incapacidad progresiva, producido a consecuencia de la destrucción, por causas que todavía se desconocen, de las neuronas pigmentadas de la sustancia negra. Frecuentemente clasificada como un trastorno del movimiento, la enfermedad de Parkinson también desencadena alteraciones en la función cognitiva, en la expresión de las emociones y en la función autónoma.

Cirujia del ParkinsonEsta enfermedad representa el segundo trastorno neurodegenerativo por su frecuencia, situándose únicamente por detrás de la enfermedad de Alzheimer. Está extendida por todo el mundo y afecta tanto al sexo masculino como al femenino, siendo frecuente que aparezca a partir del sexto decenio de vida. Sin embargo, además de esta variedad tardía, existe otra versión precoz que se manifiesta en edades inferiores a los cuarenta años.

En la actualidad, el diagnóstico está basado en la clínica, puesto que no se ha identificado ningún marcador biológico de esta enfermedad. Por ello, el diagnóstico de la misma se apoya en la detección de la característica tríada rigidez-temblor-bradikinesia y en la ausencia de síntomas atípicos, aunque también tiene importancia la exclusión de otros posibles trastornos por medio de técnicas de imagen cerebral o de analíticas sanguíneas.

 

Cirugía del Parkinson

El tratamiento quirúrgico de la Enfermedad de Parkinson, es una opción posible desde los años 80. Actualmente la técnica empleada es la estimulación cerebral profunda (DBS) de una zona muy concreta del cerebro, la más empleada es el Núcleo subtalámico.
No todos los pacientes con Enfermedad de Parkinson son buenos candidatos a cirugía. El tratamiento quirúrgico está indicado cuando los síntomas motores ( temblor, discinesias, alteraciones de la marcha, rigidez, bradicinesia) no pueden ser mejorados suficientemente con el tratamiento farmacológico.

La estimulación cerebral profunda (DBS) es un tratamiento quirúrgico que puede reducir algunos de los síntomas asociados a la enfermedad de Parkinson. Es una terapia ajustable, y si es necesario, reversible. Usa un dispositivo implantado que estimula eléctricamente el cerebro, bloqueando las señales que causan los síntomas motores incapacitantes.
Consiste en dos electrodos cerebrales conectados a un generador de estimulos ( pila), que es similar a un marcapasos cardíaco. La pila se suele colocar en el tejido subcutaneo del abdomen o bajo la clavícula, según preferencias del paciente.

Mediante un dispositivo inalambrico, podemos modificar los parámetros de estimulación del generador de estímulos, ajustándolos a las necesidades del paciente.

Los riesgos/efectos secundarios de la terapia de estimulación cerebral profunda son muy poco frecuentes, y pueden incluir riesgos relacionados con el acto quirúrgico, con complicaciones del dispositivo o con la estimulación. Los riesgos relacionados con la estimulación pueden solucionarse ajustando los parámetros de estimulación.