A nivel cervical existen siete vertebras, entre estas vertebras se encuetran los discos intervertebrales que tiene como función distribuir el peso que soporta la columna. La sobrecarga mantenida, así como ciertos factores propios de cada individuo hacen que estos discos degeneren y acaben rompiéndose parte de sus fibras facilitando de esta forma la migración del núcleo pulposo, elemento central del disco. Cuando se produce este fenómeno decimos que se ha producido una hernia discal.

Clínica:

En fases iniciales del cuadro el paciente presenta dolor difuso a nivel cervical, este dolor se debe a la degeneración del disco intervertebral, en otros casos el cuadro es más agudo y el paciente debuta con un cuadro de cervicobraquialgia (dolor a nivel cervical y en el brazo). La localización del dolor depende del nivel en el que se ha producido la hernia, pues cada nivel corresponde a un territorio, dermatoma, específico.

Diagnóstico:

Una vez establecida la sospecha clínica se practicará una RM cervical para objetivar dicha patología, la capacidad diagnóstica de la RM es superior a la del TAC cervical, por lo que su práctica será recomendable previa a la cirugía.

En algunos casos completaremos el estudio por medio de un electromiograma (EMG), éste puede orientarnos sobre el grado de afectación de la raiz nerviosa.

Tratamiento:

En los casos que no se consigue una remisión del dolor con tratamiento farmacológico la cirugía será el tratamiento de elección.

Actualmente se practica una resección del disco herniado (discectomía cervical) y en su lugar se coloca una protesis para evitar la pérdida de altura del espacio interdiscal evitando de esta forma deformaciones patológicas de la columna cervical.