Es uno de los tumores más frecuentes en la edad pediátrica. Constituyen el 15-20% de los tumores en niños. La mayor incidencia se da entre los 8 y 9 años.

MeduloblastomasEs un tumor de crecimiento rápido, por lo que la historia clínica es muy corta, de semanas o pocos meses y suelen debutar con clínica de hipertensión intracraneal por hidrocefalia secundaria, por lo que estos pacientes presentarán cefalea, vómitos y edema de papila.

El diagnóstico se basa en la TC y la RM. El tratamiento de los meduloblastomas es siempre quirúrgico. La cirugía sobre el tumor tiene un doble interés. En primer lugar para obtener tejido para el diagnóstico de la lesión y, en segundo lugar, para extirparla. En muchas ocasiones puede requerir la colocación de un drenaje ventricular externo o una derivación ventrículo peritoneal para tratar la hidrocefalia asociada. Esta otra cirugía puede tener que realizarse de urgencia en el momento del diagnóstico, justo antes de la cirugía sobre la fosa posterior o en el postoperatorio. Dada la complejidad de esta patología, los pacientes tras la cirugía serán trasladados a una unidad de curas intensivas para una mejor vigilancia y manejo del niño.

La localización de la lesión así como el tamaño tumoral serán factores a tener en cuenta a la hora de planificar la cirugía. En muchos casos será preciso hacer una monitorización neurofisiológica intraoperatoria para localizar núcleos cerebrales de cara a no lesionarlos durante la resección tumoral.

El resultado del análisis del tumor extirpado suele tardar entre 7 y 15 días. Una vez confirmada la anatomía de la lesión habrá que valorar la administración de tratamiento complementario, radioterapia y quimioterapia. La edad es un factor determinante a la hora de valorar la radioterapia, puesto que a edades tempranas presenta una alta toxicidad para el tejido cerebral. El pronóstico dependerá del tamaño del tumor, la afectación de estructuras vecinas, la diseminación o no del mismo y la edad del niño.
Meduloblastomas